Basil Faucher es un joven fotógrafo que, aunque está empezando su portafolio, muestra muchas cosas buenas.
Cada retrato tomado por Basil muestra a la gente tal y como es, con sus arrugas, barros, llenos de imperfecciones. La mayoría de sus fotos están llenas de juegos con los colores, sombras y detalles que enriquecen cada captura.
Una de las posibles razones para que su trabajo tenga la calidad es ser hijo de un cineasta:
Tener un padre cineasta hace que orgánicamente consideres a la cámara de vídeo como una parte más de tu cuerpo, un tercer ojo que produce tus historias, universos paralelos, mi propia paleta y mirada irrepetible.
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