Tuve la oportunidad de conocer y hacerle algunas preguntas a Oscar Hernández, un caraqueño con un trabajo creativo excelente que varía entre sus habilidades para la animación con el dibujo en grafito y en acuarela, dándole una estética e identidad inconfundibles a sus trabajos. Este fue el resultado:

¿De dónde proviene tu seudónimo Sr. Peek?

Me gustaba cómo se escuchaba y se veía. Mi nombre es muy largo y fastidioso para firmar, por eso necesitaba un seudónimo. Además que peek significa echar una mirada, una ojeada, por lo que me pareció bastante pertinente.

¿Desde hace cuánto tiempo estás animando y dibujando?

Dibujando desde niño, cuando era pequeño e iba a hacer diligencias con mi mamá, ella siempre llevaba una cartuchera y un cuaderno que me daba para que dibujara mientras la acompañaba. Siempre cargaba esas dos cosas en su cartera y yo podía pasar horas rayando el cuaderno. Esa relación que tuve de niño con el papel y el lápiz la he mantenido a través del tiempo. Siempre que puedo estoy dibujando.

Con la animación mi experiencia ha sido muy puntual. En algún momento estuve trabajando en la animación, un par de años, pero hace rato que no trabajo en eso. Quisiera volver a animar, hay unos proyectos personales que tengo pendientes.

¿Qué te motiva o inspira a realizar tu trabajo artístico?

Me motiva la belleza y la miseria humana. Me gusta ver mucho y memorizar expresiones que están en todos lados y que a veces uno las deja de ver por mil razones. Muchas veces hago las cosas con plenitud o con rabia, y no porque sea de mala gana, sino porque esa es la emoción con la que trabajo en ese momento. Los estados de ánimos, la música que escucho, los rostros que veo, cada uno me hace ver las cosas de un modo diferente. Eso en mi trabajo personal. Con el resto de los trabajos según el tema, las técnicas y la estética es distinta. Trato de no repetir estilos y replantearme siempre con nuevas propuestas.

¿A qué se debe esta estética en tus dibujos de grafito?

Estos dibujos de grafito son un experimento, al igual que todo mi trabajo. Desde hace algunos años comencé a trabajar en sketchbooks, y la verdad es que en ellos trato de hacer la mayor cantidad de cosas que pasan por mi cabeza. Toda esa serie de grafito esta dibujada en sketchbooks. Muchos de esos dibujos son personas que están en mi mente, y otras de referencias que veo por Internet o una que otra foto que le robo a algún contacto en Facebook. El asunto no esta en dibujar a la gente y ya,  sino en representarlas modificadas de una forma bella, una belleza diferente. No tengo un banco de imágenes ni modelos y por eso trabajo de esa manera, por eso también la necesidad de contemplar el espacio y de ver lo más que pueda para llenar mi banco de imágenes mental.

¿Cómo ha sido la evolución de tu trabajo artístico desde sus inicios hasta el momento?

La experiencia ha sido buena, los resultados cada vez son más interesantes. Uno siempre está en constante aprendizaje, investigando, probando con los materiales. Al principio todo me parecía difícil, porque no tenía el dominio de la forma. Desde chamo estuve trabajando en eso, como a los 12 años entré a una academia de dibujo donde conocí nuevas técnicas y materiales. De ahí en adelante he estado trabajando en la forma, experimentando. Mi evolución ha sido muy intuitiva, los últimos materiales con que he trabajo han sido la acuarela y el acrílico. Todavía hay materiales que me faltan por trabajar como el spray o el óleo. También quiero aprender a tatuar.

Cuéntame sobre tus trabajos y exposiciones 

El cliente con el que más he trabajo ha sido con la editorial Santillana. He ilustrado portadas de libros de texto escolares y de literatura. Trabajé una vez con Alfaguara. También he ilustrado para algunas revistas. He ilustrado proyectos para organismos públicos. Ahora estoy trabajando en un cuento infantil para la editorial Romor. En cuanto a las exposiciones, la primera que he hecho fue hace dos días, con la gente de Salpicarte en el Hatillo.

Peek estudió diseño gráfico y siempre manifestó su inclinación por el dibujo y sus profesores lo trataron de persuadir para que cursara estudios en ilustración o artes. Nunca lo hizo. El resultado de sus trabajos es producto de su talento innato. De eso comenta:

“Tuve buenos profesores y buenos amigos –algunos hoy en día son buenos profesionales-.  Al final no importa donde uno estudie, sino el empeño y el interés que uno le ponga a lo que hace y quiera”.

Para ver más del trabajo de Oscar Hernández, visita su Tumblr y su blog.