Nota: Nuestro colaborador Hache se encuentra nuevamente en tierras ibéricas para traernos la cobertura del Primavera Sound Festival. Esta es la primera de las crónicas de la edición 2013, escritas para Camionetica.com y El Espacio sin Nombre.
Volver a un sitio en el que se ha disfrutado, siempre es agradable. Este año, enfrentábamos una nueva misión Primavera Sound, con un enfoque más puntual que en 2012. Teníamos que elegir un día, como si fuese poco el descarte natural de bandas, que toca realizar en formatos de Festivales.
Sin embargo, la fecha estaba clara desde el comienzo: la cosa de ver al cuarteto Blur, en formación original, era la encomienda más grande que los aires europeos del Parc del Fòrum nos tenían.
Unas birras de los “cerveza-bear” a las afuera del recinto y listo. Conocer venezolanos con otra birra pre-primer-concierto y a entrar.
El primer punto era Mr. Daniel Johnston, un caballero de la música como pocos: absolutamente loco –sin referirnos a excentricidad- y completamente genial. Lamentablemente, mientras nos acercábamos a la Sala Apolo donde nuestro amigo esquizoide debía empezar a las 7.30 de la noche, advertimos que todos tienen ticket en la mano, distinto a la tarjeta magnética necesaria para acceder a la entrada del lugar.
-¿Y esa vaina?-, me preguntan.
-Coño, creo que nos jodimos.
La cola avanzaba muy a la venezolana; mutaba guiada por la diosa Azar y se ramificaba sin orden distinto al que dictan las propias ganas de entrar.
En efecto, jodidos. En el propio programa del PS2013 hay una nota formato “letras pequeñas”, que advierte que debíamos comprar un ticket extra por 2 euros previamente. Me hubiese encantado informarme de esto, era muy fácil colocar la nota de forma más vistosa que al dorso del programa. Muerta la primera opción, tendríamos que seguir aguardando para presenciar la locura que para este día se quedaba en el Apolo.
La gente del clima dijo que llovería, por eso es necesario calentar con otra birra, ésta por 5 euros y servida por Heineken.
Caminar y escuchar unas buenas guitarras cerca, en la tarima Primavera, una de las plazas principales para el sitio. Suena Peace para abrir nuestra tarde. Buen britpop, entonado. Es una banda que juega con elementos altamente conocidos, pero aporta momentos musicales plácidos. Higher than the sun, Float Forever y Toxic.
Peace
Hay que prestarle más atención a esta gente.
De visita a la tarima Pitchfork. Allí, los catalanes de The Free Fall Band alegraban el ambiente con
su buena onda, sus metales, cuerdas y melódicas. A veces me recuerdan a Beirut. El clima era
agradable acá para sentarse a contemplar a la banda, descansarla un poco y recibir brisa de mar.
The Free Fall Band
20:10. Una nueva mudanza, esta vez a la tarima Heineken para un nuevo entrompe. Antes de esto, un par de canciones para Honeybird & The Birdies que están en el camino y acabando su show, en cualquiera de las acepciones de la palabra. La energía de esta gente es impresionante y te alegra al segundo 1. El trío italiano se permite una mezcla bien salvaje donde licúan funk, punk y beats tropicalientes. Una belleza.
Honeybird & The Birdies
20:25 en la tarima Heineken y con Heineken. La cantidad de gente ha variado drásticamente aquí en proporción a los Honey, de corte mucho más indi. Era el turno de Django Django.
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