Nota: Nuestro colaborador Hache se encuentra nuevamente en tierras ibéricas para traernos la cobertura del  Primavera Sound Festival. Esta es la tercera de las crónicas de la edición 2013, escritas para Camionetica.com y El Espacio sin Nombre. Lee la primera entrega, aquí.

20:40. La masa de gente se mueve a la tarima Heineken y van entregados al pastor, a The Jesus and Mary Chain. En la tarima vecina ya se escucha el estruendo de una guitarra que parece en agonía desde su nacimiento. Es espesa, distorsionada a más no poder. Junto a Jozef Van Wissem, aparece Mr. Jim Jarmusch vistiendo completamente de negro, con cabello en consonancia a su música. Esto que llega a oídos parece ser “The Sun of the Natural World is Pure Fire”, perfecto tema para abrir su jornada y para recurrir a la psicodelia en dos caladas.

Jim Jarmusch

Tarima vecina, esto representa un salón mínimo. Lo es, pero JJ está explotando las paredes con esa oscuridad tan propia de los genios. Su voz demora en aparecer, todo es instrumento empacado en canciones sin apuro de estallar durante una hora. Performance brutal, Jarmusch se permite fallar acordes sin que pasa nada, prela el sentimiento de arrechera con el mundo. Clic. Magia.

Podía seguir escuchando el alboroto de la Heineken y por sólo poder mencionar un nombre extra a esta ruta, debía asistir.

“Halfway to Crazy”, “Just Like Honey”, “Reverence”

…

Mmm, paso de The Jesus and Mary Chain.

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Poco más de la media noche. James Blake empieza a aparecer en la Primavera. El frío empieza a hacer un poco de mella, pero se disfruta el cambio drástico que trae el muchacho. Azules y rojos para las luces. “Air & Lack Thereof”, “I Never Learnt To Share”.

James Blake – Foto: Dani Canto

Electrónica refrescante para la noche. La banda construye capa sobre capa de forma limpia. El en vivo de esta gente está muy bien ensayadito… CMYK, la locura de la noche en un spot repleto. Se vibra y es imposible ver cuerpos resistirse al beat. El hit ya tiene a todos en sintonía. “I Am Sold”, “Our Love Comes Back”, “Digital Lion”, “Unluck”.

Tema sobre tema, no hay intervalo porque la fiesta necesita estar encendida. Es un muy buen redescubrimiento, en lo personal. En su momento me encantó y luego lo desatendí. “To The Last”, “Klavierwerke”.
Pulcro.

James Blake – Foto: Thodoris Markou

Le queda un poco más a esto pero son cerca de la 01:20 de la mañana y llegó el meollo del día. En 10 minutos Blur tomaría esta tarima que ya se empezaba a abarrotar. Como buen plato fuerte, todos le quieren meter.

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Son la 01:30 de la madrugada, se dibuja la intro y la nostalgia noventera se desata de la nada. “Girls & Boys”, empezamos arriba. Qué honor ver al cuarteto británico en su formación original, luego de pensar que capaz sólo vivirían en la memoria como pilar fundamental de mis inclinaciones por la movida brit pop.

“Pop Scene”, “There’s No Other way”. La voz de Damon suena como siempre, la cara ya ha cobrado la factura de años al ruedo. “Beetlebum” llega, mi rola preferida suena bestial y el trance es vívido.

Blur – Foto: Eric Pamies

“Out of Time”, “Trimm Trabb”, “Caramel”.

Los británicos vinieron con reservas de energía y un buen show desde que dibujaron setlist. “Coffee & TV” pone a saltar a los guiris entusiastas. Graham está viejo pero su guitarra suena mejor que nunca y cada riff habla de alguna nueva experiencia. Tender aparece junto a un coro afinadísimo, momento celestial en el Parc. La banda no para el hit-tras-hit.

“Country House”, “Parklife”, “End of a Century”, “This Is a Low”.
Se van pero no se despiden. Los más fans sabemos que faltan tres temas claves para acabar el orgasmo que se vive en la Heineken.

De vuelta la banda a tarima, todos están sosegados, como si no hubiera prisa ni tiempos, como si esto no fuese un festival, sino un especial de rencuentro (otro) de la banda.
“Under the Westway”, “For tomorrow”, “The Universal”, “Song 2”.

Blur – Foto: Eric Pamies

Ovación y misión cumplida, aún nos quedaba un poco más por acá para contar.