Cuando se nace con vena artística… nunca te separarás del arte, así puedo decir que sucede con Rodolfo Vanmarcke, a quien la música, el audiovisual y la fotografía lo seguirán por siempre. Esta última surgió casi de manera involuntaria convirtiéndose en el día a día de este personaje. Sus fotografías dan un paso más allá, llevándola a un experimento visual que se convierte en un espacio abierto, donde el observador es un partícipe activo.

Su muestra actual lleva por nombre Inverosímil, inspirado es una vivencia ingenua del fotógrafo, cuando paseaba por las calles de New York y vió la imagen que reflejaba un charco de agua e involuntariamente la imaginó volteada en su mente, cosa que le generó curiosidad convirtiéndose en un acto estético obsesivo y recurente, logrando captar lo que otros no ven

“Ese conjunto de obras no constituyen más que un retrato infiel basado en el uso del reflejo como epítome de la ambigüedad visual; rompiendo con los paradigmas  visuales y mostrando una antítesis de la común visión del orden natural de las cosas en nuestra sociedad moderna.  Otra de mis intenciones en Inversosímil es recrear de una manera no conflictiva, nuevos paisajes y situaciones urbanas partiendo de las ya existentes; entendiendo que cualquiera de éstas pudieran existir de forma constante, recurrente pero desapercibida en el día a día de cualquier ciudad”

Próximas participaciones:

Con la obra “Me pierdo y me encuentro” en el VI Salón de Artes Visuales Dycvensa,  en el en el CELARG, del 23 de octubre hasta el 24 de noviembre.

Con la obra “Fotografía Nº 3” en el XXXIII Salón Nacional de Arte Aragua, en el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay, a partir del 25 de octubre.

Definitivamente más talento venezolano, del que seguiremos escuchando