Entre los años 80 y 90, mientras estudiaba en el colegio, recuerdo que se desató un boom con varios artículos escolares que tenían una característica muy particular e impactante: contenían imágenes que parecían moverse o animarse desde el punto de vista desde donde los viera. En pocas palabras, era algo similar a la holografía.  Un día desaparecieron, pero estaba segura de un futuro regreso.

Recientemente y para mi sorpresa, de la misma manera que el uso del 3D, esta técnica de la que les hablo, llamada lenticular, volvió para quedarse.

La tecnología lenticular consiste en una pantalla de plástico compuesta por varias lentes imperceptibles, que es colocada sobre una imagen plana, procesada e impresa especialmente para ese fin, de modo que los objetos parezcan moverse o tener un efecto de profundidad, sensación que se acentúa al mover la pieza o cambiar el ángulo de visión.

Actualmente, con las facilidades que ofrece el desarrollo de la tecnología y la producción de impresoras especializadas, es más común observarlas en piezas publicitarias a gran escala.

Para ilustrar mejor de qué se trata, aquí les va un video promocional de una empresa que realiza este tipo de impresiones.