La ventaja de tener un trabajo que te pone en contacto con artistas, diseñadores e ilustradores, es que siempre conoces gente con mucho talento, como es el caso de Gabriel Patiño, un chico venezolano que ha venido haciendo ilustraciones para diferentes campañas publicitarias.
Sus abuelos todavía guardan sus cuadernos Caribe llenos de dibujitos de su infancia, donde predominaban pollitos asesinos con naves espaciales, fábricas y tortugas ninjas, ya un poco más grande se obsesionó con dibujar cuanto Anime pasaban en la televisión. Un día su papá le regaló un sketchbook y su madre, por recomendación de una profesora, lo inscribió en clases de dibujo.
“Nunca fui un dibujante con técnica perfecta, odio las reglas (ya sean disciplinarias o las que se usan para medir), prefiero la mano alzada, la linea que tiembla y los accidentes reveladores”.
De sus amigos de bachillerato fue el único que no hizo propedéutico ni prueba de admisión para la universidad, solo dedicó todo ese tiempo a hacer lo que realmente le gustaba, dibujar. Aunque siempre contó con el apoyo de sus padres, él sin mucho drama trató de complacerles y estudiar una carrera universitaria, comenzó en Comunicación Social y luego en Diseño Gráfico, en ambas solo aguantó un semestre, porque sus ganas de dibujar fueron más fuertes. Un día un colega le consiguió trabajo como realizador de storyboards, aunque le iba bastante bien sintió la necesidad de seguir su instinto y volver a dibujar con más libertad, decisión que le ayudó a lograr trabajar con nuevos clientes.
“Ahora trabajo desde mi casa, relajado, no podría vivir con lo que gano, pero puedo decir NO a un trabajo que no me interesa y ver crecer la prospera cartera de clientes que realmente les gusta mi trabajo y no me obligan a cierto estilo”.
Su principal influencia fue su profesora de dibujo Martha De Lavalle y el ilustrador Marcelo Avila (amigo de la familia), además de percibir grandes fuentes de inspiración en libros, en el trabajo de otros ilustradores y en mucho Anime.
“Un consejo como dibujante: Bueno como todo en lo que uno quiere ser bueno, es difícil, pero el método es muy simple: Dibuja. Dibuja por fama, por dinero, por aprender, por desaprender, porque estás enamorado, por tripear, por dejar de maltripear, por que no te queda de otra… por lo que sea, pero dibuja mucho. Emularás a muchos y sufrirás pero tu propio estilo te salvará, el arte la parte”.
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