Creo que la mayoría de las personas cuando vemos un taser, ese dispositivo de seguridad personal, en la vida real, le tenemos un miedo increíble, si nada más cuando tocamos sin querer un cable con electricidad de 110v o 220v pegamos un salto como locos, cómo sería que un taser electrifique nuestro cuerpo. Bueno esta serie de retratos de Patrick Hall tiene ese trasfondo, electrificar a las personas con un taser y capturar sus reacciones a través de un video en Slow Motion y fotografías. Lo interesante detrás de la dinámica es que quienes le pegaban el corrientazo a los sujetos fotografiados eran amigos de estos, haciendo que hubiera un poco de placer detrás de los ejecutores.
Vía (Petapixel)
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