Conocer el trabajo de Mariana Monteagudo se separa en dos momentos, por lo menos así me pasó personalmente: primero conoces su trabajo por esta vía digital y te parecen increíbles los personajes que ella crea, con una personalidad marcadísima en cada una de sus piezas. Pero luego llega el día que te topas con una muñeca en persona… ese momento es totalmente distinto: los detalles que tiene cada obra son increíbles, tienen un realismo que puede hasta asustar  y el tamaño de cada pieza hace que voltees hacia donde ellas estén.

Quisimos hacerle una entrevista a esta Venezolana que poco a poco ha ido logrando reconocimiento, tanto en nuestro país como afuera, siendo reseñada en los más importantes blogs de arte y diseño del mundo.

¿Qué quieres expresar con cada una de tus obras?

Mis obras funcionan en grupo. Más que buscar expresar algo con cada una en su individualidad, la idea es generar interacción entre ellas, y así crear un ambiente donde surjan diálogos, conexiones interesantes entre las obras.

Trato de desplegar una gama de imágenes y de recursos visuales que se enriquezcan unos con los otros, ya sea por empatía o por contraste. Que el espectador se sienta en medio de un coro de voces que se comunican unas con otras , como actores de un teatro, cada personaje juega un papel particular que le la el hilo a la historia.

¿Dónde aparece la inspiración para crear cada una de tus personajes? ¿Defines en ellas una personalidad? ¿Te ha pasado que tengas un favoritismo por alguna de tus piezas?

Cada obra representa todo lo que me apasiona, son compendios de imágenes de diversas proveniencias. Tomo referencias de todas partes y trato de yuxtaponerlas, produciendo una expresión híbrida. Mi trabajo se trata de absorber influencias que atajo en el aire de forma espontánea y procuro volcarlas en mis piezas. En el proceso de origen del personaje intento de ser lo mas intuitiva posible, sin una idea demasiado preconcebida de cómo va a quedar.

¿Te ves reflejada en alguna de tus figuras?

En todas y en cada una. Por eso es tan cuesta arriba crearlas, porque intento poner todo lo que soy en ellas.

Espero que el espectador sienta eso mismo al ver mis piezas. Quiero que sienta esa misma necesidad sincera de inspirarles vida que experimento al crearlas.

¿Qué recomendación le das a cualquier artista que esté comenzando?

1. Que una vez que encuentre algo que le entusiasme, no dejar de hacer pruebas y jugar sin pretensiones.
2. Hay que ser disciplinado para que la energía no se diluya, pero siempre ser capaz de, experimentar, hacer, romper y volver a empezar. A veces de los accidentes salen los mejores resultados.
3. Otra cosa importante es no hacer mucho caso a los halagos y las críticas, hay que tomarlas en cuenta pero no dejar que te saquen de tu camino…

Tienes un estilo muy particular, uno ve tus figuras y las reconoce inmediatamente ¿Cómo se llega a ese punto?

Así como que cada ser humano es único y particular, intento reflejar en mis obras mi propia particularidad como persona. Suena muy sencillo decirlo, pero no es nada fácil de lograr.

Para llegar a conectarte con tu trabajo hay que pasar largas horas en el estudio, sentando haciendo, y sobre todo observando y reflexionando con cada pieza. La pieza va naciendo en la medida que la voy trabajando poco a poco, hasta que llega un momento particular que la obra empieza a “vibrar” y a entablar una comunicación conmigo, la primera espectadora.

Luego hay que saber donde avanzar y donde hacer pausas, para que el trabajo no resulte gratuitamente recargado o excesivamente escueto.

Veo en tu currículum que estuviste un año estudiando en una escuela de diseño en Caracas, ¿Qué hizo que saltaras hacia el arte?

El diseño y el arte a veces son la misma cosa. Ambas disciplinas trabajan con imagen y cómo comunicar un mensaje a través de esta.

En el instituto Pro Diseño estudié dibujo anatómico e ilustración para complementar mi formación académica. Fue una experiencia maravillosa.

¿Cómo ves tu trabajo de acá a unos 10 años?

Haciendo obras de gran tamaño en espacios públicos…

Tu trabajo ha sido reseñado en varios medios en todo el mundo ¿Qué sensación te da eso de que justo en este momento hayan personas viendo tu trabajo de zonas tan remotas?

Es muy gratificante ver que tanto trabajar da sus frutos…

Pero esa sensación es momentánea, que hay que saborear lentamente y celebrarlo, pero no hay que dormirse y siempre asumir la obra como un reto, como algo nuevo que guarda misterios.

Creo que siempre hay que conservar un espíritu de aventura y saber tomar riesgos en el momento que se requiera, para mantener fresco el trabajo.

¿Cómo has visto en estos años el arte como movimiento en Venezuela?

Terrible, los espacios que antes eran orgullo y prestigio para cualquier creador, se han desvirtuado y destruido, así como las zonas adyacentes.

En la Venezuela de hoy poco a poco se van restringiendo los espacios de promoción cultural y van cambiando abruptamente hacia algo totalmente desconocido e inédito. Siento que se destruyó todo un tejido sin antes tener una idea clara de lo que se pretendía construir.

Ante tal perspectiva, hace aproximadamente un año y medio tomamos la decisión de irnos a vivir a Estados Unidos.

Para mi es un momento de crecimiento y de búsqueda de nuevos horizontes que ya empieza a dar sus frutos, pero estoy, y siempre estaré agradecida por el público venezolano que ha sido sumamente fiel con mi trabajo.

En Venezuela tuve la fortuna de afianzar mi carrera desde sus comienzos hace más de 10 años y siempre tuve el apoyo del medio.

¿Hace cuánto no te montas en camionetica?

¡¡¡Uuuf hace años!!! Cuando estudiaba en el instituto, jeje.