Nota: este artículo forma parte de las Crónicas del Primavera Sound Festival, escritas por Hache (@henrygonzlz) para Camionetica.com y El Espacio sin Nombre.

Barcelona vive de sus colores y razas puras. Su urbanismo estructurado hasta el último centímetro se ofrece como territorio ideal para el confluir de regionalismos, acentos y nacionalidades, todas juntas, aceleradas, atravesando la ciudad por cualquiera de las multi estaciones que ofrece el Transports Metropolitans de Barcelona. En el subterráneo y áreas públicas la música está regulada, por turnos de trabajo. Un peruano nos recibe con un cover étnico de Abba. Nos conmueve raramente y se gana unos euros, de ahí en adelante, lo que venga hasta internarnos en el primer día fuerte de festival. Acotación: No existe tal categoría, no hay tal cosa como un primer día fuerte, sólo se hace la mención bajo cierta tropicalización de intenciones, queriendo así verbalizar una realidad no saboreada aún.

El Primavera Sound se ha extendido en el 2012, la plataforma musical espera más de 150.000 asistentes como esfuerzo conjunto de 10 tarimas que, en paralelo, exhiben propuestas tan de nombre-conocido como otras noveles de altísimo impacto. Los escenarios San Miguel, MIni, Ray-Ban, ATP, Pitchfork, Vice, Auditori Rock Delux, Adidas Originals, Ray-Ban Unplugged, Salón MySpace encienden sus actividades desde las 5pm (17 horas por estos lados), y no se apagan hasta las 4.30am . El esfuerzo incluye conversatorios y actividades puntuales para prensa. Se siente una estructura organizativa pulida en los años, doce años para derrochar nombres, para darle identidad a un movimiento global evidente y tangible desde hace más de una década: el indi como fenómeno global, no del todo under pero agrupado como un sector hipster sólido.

Primavera Sound Festival – Ambiente Arc de Triomf. Foto: Dani Canto

El circuito comenzó sus actividades a principios de mayo, el alcance del festival sale de su estructura central, tomó bares e invadió zonas puntuales de Barcelona, progresivamente, marcando territorio y haciendo sentir su peso. Un viaje de un número de horas incalculables de momento. Más cerveza de 1 euro y despertábamos en el primer día de encuentro masivo, gratuito para quien tuviera a bien acercarse.

El Arc de Triomf majestuoso, intimidaba y recibía un día agitado. The Walkmen, Jeremy Jay. Música maravillosa que el ajetreo no dejó disfrutar. El Arc de Triomf se ve a la distancia. Se ejerce el venezolanismo. Se compra alcohol suficiente para recibir una noche épica. Es barato para ser de a un litro. Se escucha distorsión mientras atraviesas una construcción llena de historia, los looks coquetos imperan. Rostros hermosos son regla sobre operaciones estéticas.

Primavera Sound Festival – Ambiente Arc de Triomf. Foto: Dani Canto

Luces encendidas, toca correr un poco, atravesar cientos de personas echadas en el piso, liando, bebiendo, armando. Family Tree es definitivamente una excelente pieza para prender a tus fanáticos desde el segundo cero. La gente disfruta disfruta en la olla y Black Lips había tomado la casa. A medida que nos alejábamos más de la tarima hacia Arc de Triomf, la actitud se relajaba. La exaltación funciona por focos acá, es frecuente la multiplicidad de propuestas. La segunda Xibeca estaba muerta y los Black Lips seguían con lo más mainstream del reportorio desde Good Bad Not Evil hasta hoy.

Primavera Sound Festival – Black Lips. Foto: Dani Canto

Atrás quedaron la tercera y cuarta botella y los ofrecimientos de pastillas puras. Venía el reencuentro con queridos amigos y el sentir caraqueño en España. Volvíamos a casa enfrentando el sistema de metro no disponible, todo el esfuerzo de movilización del festival reposa en autobuses, nada caros y con posibilidades de traslados kilométricos. A esperar por un nuevo día con escenarios repletos y el entrompe real del festival

Para alguien que por primera vez cruza el charco, la ciudad se plantea impresionante, accesible, injustamente vistosa.