El tema de la publicidad es para mi algo muy delicado. Aunque no estoy en su contra, sí que me molesta cuando llega al punto de saturar los espacios por los que tenemos que transitar: lo vivimos cada día mientras esperamos el bus, de camino a la oficina, al mirar por la ventana, al hojear una revista, cuando encendemos la TV o vemos una peli… y por supuesto, cuando navegamos en la red.
En este artículo les dejo algunas reflexiones y ejemplos acerca de malas prácticas de publicidad invasiva (cosas atravesadas, fastidiosas, repetitivas y molestas) tanto en el mundo real como en el digital, y a cambio les ofrezco un par de soluciones que pueden instalar en sus navegadores para eliminar los banners y tener una experiencia más amena en Internet.
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