Sólo en Venezuela se pueden vivir miles de emociones en un sólo día… puedes salir a caminar por más de 3 horas para concentrarte en la Av. Bolívar de Caracas, con miles de personas que le dicen NO a la Reforma de la Constitución, sentir que no todo está perdido, que la gente sigue en la lucha, en las calles, que no hay apatía que valga, ver gente de todas las edades comprometida por el futuro de nuestro país.

El mismo día que con las piernas ya adoloridas y con un perro caliente en el estómago, te montas en el Metro y el furor sigue, las consignas no paran, la gente ya no cabe en los vagones y al bajar te encuentras en la Rinconada para terminar el día con broche de oro y sin bajar la adrenalina en el concierto de Soda Stereo te veré volver… que presentó una especie de micros llenos de comedia completamente sureño que logró entretener al público que esperó una hora de retraso para que la banda se montara en el escenario.

Un concierto donde no faltó nada, tenías desde el kiosko que te vende unos platanitos a 7 mil bolívares, stands de pizzas, churros, la gente que se atraviesa y no te deja ver, el pana que brincando te da un golpe en la cabeza y dónde nada de eso te importa porque a la final estás ahí, viendo a la banda más importante del rock latinoamericano en unos de los espectáculos más alucinantes en la historia de este país, el juego de luces impresionó a todos los que allí estábamos, los videos que acompañaron las canciones, ver a Gustavo tratando de matar la guitarra eléctrica, corear los éxitos con miles de personas, para salir, después de 3 horas brincando y cantando, a agarrar el Metro que prestó su servicio de forma gratuita hasta Plaza Venezuela, y ver las caras de todos que ya no podíamos con nuestra alma, que hasta nos sentamos en el piso de los vagones porque no aguantábamos las piernas es algo que definitivamente había que experimentar y que volveríamos a vivir.

Marcha y Soda Stereo, todo un jueves que marcó nuestras vidas… ¡Gracias Totales!.