Breve itinerario de mi viaje a través del Hoyo del Conejo (2)

No cabe duda de que una de las expresiones más complejas del imaginario popular venezolano puede ser encontrado en las camioneticas (Nota para los lectores foráneos: una camionetica es una unidad de transporte público, perteneciente generalmente a conductores privados, que funcionan a través de organismos comunitarios tales como Asociaciones Civiles, con rutas establecidas según las necesidades de los pasajeros, o en otras palabras, que pueden cambiar de paradas, horarios y tomar rutas alternas según lo indique el ánimo del conductor).

Si me preguntaran, la camionetica es el caldo de cultivo cultural supremo venezolano: no atiende a razas o clases sociales de ningún tipo y en ellas podemos encontrar desde el humilde vendedor de tostones, hasta el ejecutivo de la empresa de telecomunicaciones; todo ello sazonado en un ambiente de la más aleatoria algarabía producto del evento del momento: discusiones políticas, béisbol, los estudiantes que colocan música en su celular, la pícara charla que el conductor mantiene con la pasajera que va montada sobre el caparazón del motor, los gritos del recolector pidiéndole a los pasajeros que están en mitad del pasillo que se echen pa atrás (que la puerta del fondo abre), etc.

Sin embargo, existe un elemento de mayor importancia: el decorado y la ambientación, un amplio espectro de sutiles variaciones que va desde las viejas unidades de pequeño tamaño que circulan por las principales avenidas del centro de la capital, hasta las que son un poco más nuevas y se dirigen a las ciudades satélites, o en mi caso, a lo que me gusta llamar la Provincia Independiente de Baruta, puesto que, aunque está a sólo 20 minutos del centro, conserva aún un aire de pueblo remoto que (nuevamente) se integra de las maneras más extrañas con el mundo de las nuevas tecnologías.

Por ejemplo, aquí pueden observar algunas imágenes durante mi viaje de esta tarde donde se alternaba el ruido del reggaeton a través de las cornetas con los gritos del pasajero un poco bebido que exigía que lo dejaran en mitad de la autopista porque había perdido su parada… acompañados en todo momento por el mensaje de error del BIOS del sistema operativo del computador para transmisión de televisión, en las 3 pantallas TFT de 15” con que cuenta la unidad.

Nota: Contrario a lo que muchos piensan, los ratones SÍ pagamos pasaje: 1 moneda de chocolate. Roedores menores de 2 meses y mayores de 4 años, no pagan pasaje.

Benjamín

Acerca de Dan

Daniel Yanes Arroyo: aunque estudió filosofía, saltó la talanquera al diseño, al que se dedica desde hace más de 10 años. Lector empedernido y amante de los gatos, el cine y el café. Trabaja como gerente de diseño en una empresa de desarrollo web y de vez en cuando trata de cazar tigritos interesantes a través de su pequeño estudio. Neurosis diaria en @ChowKaiDeng

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