Lo que encontré al final del Hoyo del Conejo

Según el filólogo Ángel Rosenblat, en su libro “Buenas y Malas Palabras en el castellano de Venezuela”, el término enratonarse (utilizado luego como “sufrir de ratón”) tiene sus orígenes en la idea de los excesos de los gatos que cazan ratones durante toda la noche:

En todo el Norte de España, y también en Aragón, es habitual decir que un gato está enratonado cuando ha pasado la noche cazando ratones y se ha indigestado. De malestar gatuno, el enratonamiento se ha extendido al hombre para designar el estado subsiguiente a los excesos nocturnos, sobre todo a los alcohólicos.

Está de más decir que esta es una práctica cruel y temeraria que los felinos han practicado desde tiempos inmemoriales, extendida a lo largo y ancho del globo, tal como lo demuestra la expresión alemana Katzenjammer.

Así pues se me ocurre la pregunta ¿tienen los gatos ratones morales? (moralischer Katzenjammer), y más aún, después de beber de esta botella que acabo de encontrar (que poseee una etiqueta en la que se lee únicamente la palabra “BÉBEME”) ¿podré yo, un ratón, enratonarme?

Con mucho cariño me despido de ustedes, espero que hayan pasado un Feliz Día del Hoyo del Conejo!

Benjamín

Acerca de Dan

Daniel Yanes Arroyo: aunque estudió filosofía, saltó la talanquera al diseño, al que se dedica desde hace más de 10 años. Lector empedernido y amante de los gatos, el cine y el café. Trabaja como gerente de diseño en una empresa de desarrollo web y de vez en cuando trata de cazar tigritos interesantes a través de su pequeño estudio. Neurosis diaria en @ChowKaiDeng

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