Hace unos años, por circunstancias afortunadas de la vida, conocí a Annie Pereda, quien inició de una manera un poco experimental un mundo mágico de personajes gomosos, ese mundo se convirtió en una fábrica maravillosa a la que le he venido siguiendo la pista.
La Fábrica de Malvaviscos ha evolucionado a pasos agigantados. Cada día son más los proyectos en los que esta ilustradora se involucra y son más las personas que conocen su trabajo, lo que me hace sentir muy orgullosa de ella.
Su último proyecto lo trabajó junto a Armónica Shop, en el que deciden darle una nueva vida a las viejas patinetas, tomando la madera, restaurándola y creando piezas pintadas a mano que se transforman en unos pequeños amiguitos. Es una colección de 15 sets, cada uno conformado por 3 piezas únicas (salidas de una patineta).
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