El amor es un tema recurrente en todas las historias contadas en un formato audiovisual, pero al unir esta temática con otro ingrediente, es probable que le demos originalidad y sabor, tal como es el caso de este cortometraje titulado Sogni Culinari.

Creo firmemente que el talento hay que aplaudirlo y al ver una puesta en escena tan limpia y bonita como esta pieza audiovisual, siento que  la vida se llena de color salsa de tomate con aroma a orégano.

Todo parte de un poema de Pedro Mercado titulado Sueños Culinarios, cuya narración visual estuvo a cargo de Clarissa Duque, una joven directora venezolana que logra hacernos agua la boca al degustar con la mirada toda la montaña rusa emocional en la que se convierte el amor, sobre todo si eres un plato de pasta.

La influencia del surrelismo en la dirección de arte es innegable. Me encanta ver a Dalí representado en este corto, junto con una paleta de colores fuertes y contrastantes. Igualmente, la sutileza de los cambios de plano te va envolviendo en una narración onírica que te hace vivir la historia en primera persona, dudando si realmente esto es un sueño del protagonista o tuyo.

En verdad Sogni Culinari es una deliciosa puesta en escena, que con un sólido guion, apoyado con las excelentes actuaciones de Javier Figuera y Nabilia Ganem, junto a la apetitosa narración de Luigi Sciamanna, te ponen redondo para imaginarte el olor de la salsa nápoles mientras el plato cobra vida y descubre que a su amada no le gusta la cebolla.

¡Degústenlo!