La persona detrás del lente, Florencia Alvarado

Un día me topé con el trabajo de Florencia Alvarado, desde ese momento he seguido desde relativamente cerca las capturas de esta chica Venezolana, nacida en la ciudad de Maracaibo y que actualmente reside en el sur de Latinoamérica, Buenos Aires, Argentina. Mientras más fotografías de esta chica veía más me parecía necesario que apareciera por este espacio. Contarles de qué va su estilo no hace falta, ya que nos envió una biografía realizada por Pedro Marrero, solo deben darle “Sigue leyendo”  y mira el recorrido que ha tenido esta chica para llegar a estas imágenes.


Había Una Vez Florencia Alvarado.

And then, when I’ve forgotten all about “it,” suddenly it dawns on me that “it” is one of the perpetual themes which I carry about inside me, which I am writing in the air, which I have written hundreds of times already, but never set down on paper.

Henry Miller

Pienso en cualquier arte como un trabajo de topos, como una excavación sinuosa en la que no se busca nada preciso, sino que se espera ser encontrado por algo. Son esos discursos espeleológicos con los que me identifico, y uno de los posibles había una vez desde donde contar−para quienes todavía creemos en la posibilidad del relato−una vida de Florencia con la fotografía. La historia de una vida todavía cuenta con la abundancia cuando se detiene el lente en los años púberes. Después todo confluye hacia el delta, a través del embudo del tiempo.

Las cualidades que Florencia ha cultivado y cultiva, parecerían más propias de la literatura o las artes plásticas. Sin embargo a ella le han resultado muy bien detrás y delante del objetivo. Florencia escoge la introspección. Su fotografía habla incesantemente de introspección. Es el registro de su meditación. La fotografía para hacerse preguntas. Estando sola descubrió su voz, la voz le habló en las cuatro primeras paredes que habitó del lado de allá. Exilio, voluntario y feliz, pero exilio, con el peso de los primeros ecos, con la agorafobia. Su fotografía es un ejercicio romántico. Es el discurso de la nostalgia. Esa es su elección.

Lo primero que recuerdo del trabajo de Florencia era una fotografía del movimiento, la calle, los retratos anónimos que devolvían la mirada casi siempre recelosos. Signo de la época en que vivimos. Con la cámara pretendía, como es usual en la fotografía, hacerse piel de la piel de la gente, cacería imperfecta, irrepetible, invaluable. Su paso arrancaba una imagen tras otra y las desplegaba horizontalmente, creando costuras adyacentes. Pero en un movimiento inverso y romántico, la cámara volvió a sus viejas costumbres, a la lentitud de sus primeros pasos, y el lente se volvió contra el objeto suficientemente quieto e inquieto de la que mira hacia adentro. Con paciencia, disposición y la fatalidad de ser sí misma.

Pero mientras más se vuelca sobre sí misma y más adentro extiende sus propios hilos, más se expone al mundo, más busca la empatía.

Ha sido su proceso, un viaje desde un tímido voyerismo hasta la lenta exposición propia, que es un trabajo por hacerse, afortunadamente. Lenta porque, como buena narradora, ha sabido rodear sus hallazgos, sus tesoros inimaginados y compartidos, de un elegante misterio. Pero este misterio, no siempre es un dispositivo narrativo, dramático; a veces siento que es su propia y genuina perplejidad ante el mundo, como si su actitud hacia él fuera la de disparar y después preguntar.

Por Pedro Marrero

Acerca de Gust

Redactor Creativo. Fundador de Camionetica.com. El único fotógrafo del que nunca hemos visto una foto que haya hecho. Un personaje enigmático, pero que siempre está allí cuando lo necesitas. Algunos dicen que baila el mambo como los dioses. Actualmente trabaja en una agencia creativa. De vez en cuando lo encuentran en @gustmv

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