Cada vez que salgo a cenar con amigos, el tema del pago y las facturas es una experiencia un poco frustrante y aparatosa. Primero el local emite una factura, luego tienes que hacer la división mental acerca de cuánto corresponde a cada uno y después de solicitar que dividan la cuenta en X cantidad de partes, el mesonero se lleva una mezcla de tarjetas, cédulas de identidad (en Venezuela son el equivalente a carnets de identificación) y dinero en efectivo. Después de todo eso, te llegan nuevamente un montón de papelitos, las tarjetas y las cédulas, tienes que reorganizar todo, ver de quién es cada cosa, firmar cada uno un papel y guardar el otro… en fin, ya todos conocen el proceso.
Por mi parte nunca he entendido la utilidad del comprobante de pago que yo me quedo y que es adicional a la factura. De hecho, tampoco entiendo muy bien la utilidad de una factura. Un sistema automatizado electrónico permitiría que el crédito fiscal se añadiese automáticamente a tu cuenta de declaración de impuestos y con una firma electrónica o huella dactilar debería bastar al local como comprobante de la transacción realizada. De hacer esto, salvaríamos arbolitos y agilizaríamos las transacciones.
Hasta que llegue ese momento, estamos atascados en el proceso del papelito burocrático.
La diseñadora industrial taiwanesa Szu-Yu Liu ha ideado un sistema que ayuda a facilitar estas operaciones con un diseño conceptual de factura que ya viene dividido en forma de tickets, con sus correspondientes líneas de corte que permiten especificar fácilmente el importe individual e incluyendo además una pequeña pestaña para anexar el método de pago para cada una de ellas. Su propuesta resultó ganadora del iF 2012 (Foro Internacional de Diseño en Hannover).
Simple y efectivo.
Vía Design Fetish
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